Del burnout al prototipo: lo que aprendí intentando hacer un juego solo

imagen: Del burnout al prototipo: lo que aprendí intentando hacer un juego solo

Hacer un videojuego no empieza con código, sino con una herida, una idea o una historia que necesita nacer. ¿Te suena familiar la sensación de querer crear algo, pero sentirte abrumado por dónde empezar?


Hacer un videojuego no empieza con código, sino con una herida, una idea o una historia que necesita nacer. ¿Te suena familiar la sensación de querer crear algo, pero sentirte abrumado por dónde empezar?

Crear videojuegos es algo que muchos soñamos, pero que pocos se atreven a comenzar. En mi caso, la travesía no empezó con una idea brillante ni con el motor perfecto, sino con el cansancio, la frustración y un impulso por hacer algo distinto. Esto es más que un diario técnico: es una bitácora emocional, una ruta desde el burnout hasta el redescubrimiento creativo.


Cuando programar era magia negra (y me frustraba)

Cuando tenía 15 años, mis primeros acercamientos al desarrollo de videojuegos eran casi esotéricos. Mis compañeros del club secreto de programación de videojuegos en la preparatoria, me enseñaban a programar en ensamblador y Pascal, accediendo al modo 13h para dibujar píxeles en pantalla y evitar el parpadeo. Había algo de magia en esa oscuridad técnica, pero también muchas barreras.

Blogs como NEHE y foros como Gamasutra eran lo más parecido a una guía. Unity no existía y Unreal era algo lejano, casi inalcanzable para alguien en Latinoamérica.

Hoy todo eso cambió. Hay motores, frameworks y recursos de todos los colores. Pero paradójicamente, esa abundancia también confunde. ¿Por dónde se empieza cuando se puede hacer de todo?


Cómo empezar tu videojuego indie sin perderte

La mejor respuesta que encontré es: depende.

Depende de tu experiencia, de tus recursos, de tu estado mental y emocional. Y, sobre todo, de tus expectativas. Empezar queriendo hacer un juego 3D tipo AAA con un equipo de uno es una receta para el agotamiento. Lo digo porque lo intenté.

Después de ser despedido, de vivir mi primer burnout real y enfrentarme al vacío, encontré un espacio para comenzar. Pero no desde el código. Empecé dibujando. Escribiendo. Redescubriendo lo que me hacía vibrar antes de que todo se volviera obligación.

¿Necesito saber dibujar para empezar?

No hoy día puedes usar recursos gratuitos de itch.io o generarlos con inteligencia artificial si todavía no tienes el recurso para contratar a un profesional.

¿Tengo que invertir mucho dinero?

Comenzar ya mismo, no requiere dinero, solamente atención y tiempo. Este Blog podría ser una fuente de recursos gratuitos, además de los muchos que hay en youtube, twitch y otras plataformas. Usar motores gratuitos te ayudará a iniciar sin tanto presupuesto.


Pico-8: lo pequeño que se vuelve grande

“Pico-8 me enseñó a crear juegos de una manera diferente, a pensar en la jugabilidad y en la experiencia del usuario.”

Probé Unity. Probé Godot. Incluso volví a C++ con Raylib. Pero lo que realmente me ayudó a reconectar con el desarrollo fue Pico-8. Una fantasía retro. Un entorno de desarrollo limitado, pequeño, pero profundamente formativo.

En un comienzo, lo detesté. No podía distribuir en Steam. Me sentía atrapado. Pero sin darme cuenta, estaba aprendiendo las verdaderas bases del diseño de videojuegos: jugabilidad, mecánicas, claridad. Y lo más importante, estaba disfrutando.

Más adelante, enseñando Pico-8 a un niño de ocho años que soñaba con hacer sus propios juegos, redescubrí algo esencial: la curiosidad como motor de aprendizaje. Lo técnico vino después. Primero fue la emoción.

La curiosidad, no el código, fue nuestro primer motor.


Enseñar para aprender

Ver la emoción en los ojos de ese niño me recordó mi propio viaje. Intenté enseñarle con un plan estructurado, académico. Fallé. Pero cuando comenzamos a jugar, a crear desde la intuición, todo cambió. Juntos creamos tres juegos. Nada comercial, pero llenos de intención.

Este proceso me devolvió algo que había perdido: la alegría de crear sin expectativas. Y además me di cuenta de algo que no muchos mencionan en DevLogs: enseñar es una forma poderosa de aprender.


Casos que inspiran

Me sumergí en documentales y casos como el de Celeste, que comenzó como un prototipo en Pico-8. O Dead Cells, hecho con Haxe, un lenguaje que nunca había tocado pero que ahora uso con frecuencia.

La industria está llena de caminos que no aparecen en los tutoriales de YouTube. Y eso me dio paz. No tengo que seguir la ruta tradicional. Puedo crear desde lo que tengo.


¿Cuál es la mejor ruta indie?

No hay una única respuesta. Pero si hoy tuviera que acompañar a alguien que comienza, como lo hice con ese niño, estos serían mis pasos recomendados:

1. Aprende las bases

¿Cuáles son las bases esenciales para empezar a crear videojuegos? No solo necesitas las bases de programación, sino de qué hace divertido a un juego.

2. Prototipa sin miedo

No busques perfección. Busca una idea jugable.

3. Recorta y enfoca

No necesitas un RPG épico. Empieza con un pong o incluso, un pesonaje que se mueve y ya.

4. Juega y observa

Los mejores diseñadores son buenos jugadores, pero también buenos observadores.

5. Elige herramientas pequeñas

Herramientas como Pico-8 o Raylib enseñan más que mil tutoriales.

6. Itera y comparte

Muéstralo, escúchalo, mejóralo.

7. Aprende los fundamentos

Matemáticas básicas, vectores, física simple. No necesitas un doctorado, solamente comprender lo esencial.

8. Crea comunidad

Rodéate de otras personas que también estén en el camino. Amigos que disfruten el tipo de juegos que quieres crear, otros soñadores, comparte lo que sabes. Si te identificas, mi DevLog es el lugar donde quiero que encuentres ese apoyo.


¿Y si ya hay motores que hacen todo por mí?

“Las limitaciones de los motores visuales son como paredes invisibles: no las ves hasta que chocas con ellas.”

Game Maker, RPG Maker, Construct… todos tienen su lugar. Pero más tarde que más temprano, encontrarás límites. Saber programar te da libertad. Te permite romper muros.

Y no se trata de elitismo técnico. Se trata de poder tomar decisiones creativas sin que el motor te dicte cómo deben hacerse.


Desde Latinoamérica: no es un sueño imposible

La industria no es fácil. Y desde Latinoamérica, el camino es aún más empinado. Pero no imposible.

Hay talento. Hay comunidad. Hay ganas.

A veces parece que todo está en contra, pero si algo he aprendido es esto: la pasión y la constancia pueden más que cualquier motor.


¿Qué sigue para mí?

Seguir creando, enseñando, fallando, aprendiendo. No he lanzado aún el juego que quiero mostrar al mundo, pero cada línea de código, cada clase que imparto y cada dibujo que trazo me acercan.

Si quieres seguir este camino conmigo, puedes hacerlo en mis redes, en mi blog, o simplemente escribiéndome. Si quieres invitarme un café en Ko-fi, se agradece. Si no, sueña, crea y comparte. Nos leemos en el próximo post.

“Crear un videojuego es una forma de existir. No para escapar, sino para entender mejor lo que somos.”

Cuéntame

  • ¿Cuál fue tu “herida” o tu chispa para empezar a crear juegos?
  • ¿Qué herramienta te ayudó a reencontrarte con la alegría de crear?

Enlaces